Hay momentos a lo largo de la vida, en los que muy pocas cosas salen bien. O ninguna. Momentos inevitables de la naturaleza humana... Que, para rematar, te quitan hasta el hambre.
De manera que...al ser tan inevitables...e irremediables, además...lo más que uno puede intentar (ya que no puede solucionar su torpeza) es hacer unas tortitas. Tal vez el apetito no vuelva ni así... y tal vez salgan mal también... Pero no dejarán de transmitir el sentimiento más amoroso y tranquilizador.
En fin.Hacer unas tortitas siempre será para mejor.
Y bueno,
la solución a todos los problemas son:
250g harina
300ml leche
20ml nata
1 huevo (mas 1 yema)
40g azúcar
1/2 cucharita de levadura en polvo
(mas 1/4 cucharita de bicarbonato)
1 pizca de canela
1 pizca de sal
mantequilla para la sartén
1.Batir los huevos, el azúcar, la leche y la nata 2. Mezclar aparte la harina, la levadura, el bicarbonato, la sal y la canela 3. y añadirlos a la mezcla de los huevos 4. Batirlo todo hasta obtener una masa homogénea (que no debe ser ni muy líquida, ni muy espesa...si pasa una de las dos cosas, se puede corregir echando algo más de harina o de leche, según el caso..), pero no demasiado porque las tortitas pueden quedar duras.. 5. Dejar reposar una media hora aproximadamente (o al menos 15 minutos) 6. Calentar una sartén antiadherente untada con mantequilla, teniendo cuidado de no quemar la mantequilla 7. y cuando esté bien caliente, ir echando cacitos de masa que se pueden extender un poco, si se prefieren unas tortitas más finas o dejarlas tal cual, si se prefieren más gruesas y esponjosas 8. Cuando empiecen a aparecer burbujitas en la superficie es el momento de darles la vuelta. Se hacen enseguida, así hay que estar pendiente.
...y listo. Las penas, olvidadas.
