martes, 7 de agosto de 2018

Helado de cheesecake y reflexión

Dejaré las reflexiones para el final. Primero es el postre 👉
  En este punto he de anotar muy sinvergüenzamente que mi helado de cheesecake prescindió sin parpadear de la parte "cheese" y el resultado daba el pego a la perfección. Mi conejillo de indias al catarlo lo primero que dijo fue "...hmmm?...queso??.." O sea que, nata + leche condensada parece una combinación más que satisfactoria 😁
  También apunto que yo, para variar, no hice caso a las cantidades de la receta original..para empezar mi nata era de 500ml y estaba en peligro de extinción. Había que usarla toda. Y para empezar también, echar todo ese bote de leche condensada me daba vértigo azucaril sólo de pensar en probar el resultado. Así que ...sintiéndolo mucho por los que odiais ese término...fui echando a ojo xD Creo que serían unoooos 200-250gr. Pero ignoradme. Y echad a ojo con vuestros propios ojos.

  Otro dato, de interés si os gustan los deportes de fuerza.
Este nuestro helado, después de desayunarlo (cuando estará cremoso e irresitible), si habéis llenado vuestra palomitera, lo más probable es que os sobre ..a no ser que llevéis una dieta estricta de 8000KCal hasta el mediodía. Pues, una vez pasado ese momento de gloria, irán pasando las horas..y puede que los días.. Y, cuando volváis a sacar vuestra palomitera-heladera del congelador, os encontraréis con una roca de cheesecake, cuya densidad sólo podría ser destruida por un cheese-iceberg de igual o mayor tamaño. Lleve o no corteza de limón.
O sea, ¡son todo ventajas! No sólo da placer y paz interior. Además, fortalece vuestros bíceps, hombros, tórax, rodillas, glúteos (aunque luego también aporta tejido blandito..vale..quitamos glúteos) 👉Y👈 ayuda a desarrollar esa cualidad de la que ninguno podemos presumir: ¡la paciencia!
De verdad, ¿acaso existe una receta más económica y beneficiosa a la vez?
¡Viva el helado de cheesecake sin cheesecake!

  Bueno. Y, esta es la historia de aquella mía noche de viernes, de hace muchos viernes ya. Cuando las reflexiones no podían más que desbordarse en azúcar y ser devoradas para siempre.
Hace unos días termine el último pedrusco de mi arma fría llamada helado. Lo cual me trajo algún viejo pensamiento, alguna conclusión (mientras uno trata de clavar la cuchara da tiempo a hacer muchas conclusiones..) y un brote de risa al recopilar mis propios recuerdos. Así que decidí dibujarlo todo. Hay cosas que como mejor se comprenden es dibujándolas. O comiéndoselas, si uno puede. Aunque comerse las personas está muy feo.

Por eso, puede que vayan apareciendo por aquí más remedios caseros de estos. Así, sin prisa, claro.
Os dejo el enlace a la receta original - que es ESTA de aquí, por si queréis compartir vuestra creación con otros seres humanos más exquisitos o menos confiados.

Y os deseo un verano divertidísimo 😊
Muaaaaaacks!


lunes, 25 de junio de 2018

Y se hicieron las patatas.

7 meses, 3 gatos, 2 veces albóndigas, berrinches - alguno, 1 vez flores, resacas un par...o dos pares; otros dos de huevos; un pelo 2 veces más corto, 2 móviles perdidos, 2 ojos que ríen, 1 ♥ impertinente, una apuesta hecha (perderás), X intenciones, 0 expectativas, promesas: 1. 
Patatas - cumplidas ✋
 Entre la anarquía de la razón, el descaro de los sentimientos y su cabezonería incorregible, he encontrado la inspiración más insólita jamás imaginable. Ni lo intento entender.

Hay cosas que, cuanto más tardan, mejor se cumplen. 

Lo prometo.
Uy 😋

sábado, 30 de diciembre de 2017

#desayunoconbolis

  Pues no iba a irme del 2017 sin deciros un dibujo :) Aquí mi confesión: tras dos años de vida sin café, oficialmente, vuelvo a él. Café, te amo. Prometo no más de uno al día. Lo prometo. Y a cambio, me pido una Nespresso por Reyes (a cambio de la promesa). Porque fui demasiado buena durante 365 días. 363...
  He aquí el remedio al no-café. Té negro de bergamota: lo único que no me ponía triste por las mañanas, ante la ausencia de mi cafeístico amigo. Eso sí, en ayunas le puede dar a uno un vuelco al corazoncillo. Siempre, con desayuno, vale? ☝️Y, a ser posible, con bolis :)

  Y luego ya, amantes de la cafetera, pensad si ese insomnio realmente es culpa del pobre café... o de nuestro cerebrito. Haced las paces, el café, vosotros, y los pensamientos que hacen bulla ahí dentro, y dejad el té para ceremonias especiales 😁
  La vida con exceso de responsabilidad es demasiado sosa como para ser dibujada en este blog.

  Os deseo un 2018 espectacular, cartoonitos. 
  Moved esos culitos, buscad inspiración, imaginad, sentid, dad amor y exigidlo, y reivindicad vuestros deseos; y sed traviesos un poco o mucho, o más. Pero sobre todo: reíd, reíd a carcajadas.

  Un abrazo gigantesco, desde el otro lado del espacio virtual.
¡Muaaaaaaaacks!


martes, 7 de noviembre de 2017

Sopa de albondiguitas (Supa tópcheta)

   Allá por agosto del 2012, un bonito día, en un bonito lugar, la mamá de la artista estuvo preparando manjares varios en nuestro taller de cocina búlgara. Todos los platos quedaron vacíos con la misma rapidez, pero esta creo que fue la olla estrella ^^ Aquí os revelo la verdad verdadera sobre la famosa sopa de albondiguitas. Escépticos, temblad xD



Sopa de albondiguitas


500gr carne picada mixta (cerdo y ternera)
40gr queso emmental u otro queso suave
2 huevos
3-4 cucharadas soperas de arroz redondo
1 yogur natural
harina
pimienta negra molida
cominos molidos
2 patatas
1 zanahoria grande
1 cebolla
1/2 apio nabo
perejil fresco
sal



   Amasar la carne picada con el queso rallado, una cucharilla pequeña de cominos, una pizca de pimienta, sal al gusto, 1 huevo y el arroz, previamente lavado y escurrido. 

   Picar las verduras en cuadraditos (reservar la patata aparte, para más tarde). 
Poner al fuego una olla con un litro y medio (aproximadamente) de agua fría, junto con la cebolla, el apio y la zanahoria, más una pizca de sal. 

   Dejar hervir unos 15 minutos a fuego moderado y mientras tanto, ir formando las albondiguitas - del tamaño de una nuez por lo menos, o incluso algo más grandes...para los vagos y gochos 😁...pero tened en cuenta que aumentan de tamaño una vez hechas.
Rebozar en harina y reservar.

   Pasados los 15 minutos, añadir con cuidado las albondiguitas y cuando rompa a hervir de nuevo, incorporar las patatas cortadas en cuadraditos pequeños. Dejar hervir otros 15 minutos aproximadamente.

   Rectificar de sal y comprobar que las albondiguitas están listas.

   En un bol aparte, batir el otro huevo y el yogur. Al batir, ir añadiendo con un cucharón de poquito en poquito, caldo de la olla (unos dos cucharones son suficientes). Verter la mezcla de huevo a la olla, remover, hervir 1 minuto y retirar del fuego.
Añadir el perejir picado y servir.
Repetir.
...

Contado esto, abro la temporada.
Modo sopas: ON.
😁 

sábado, 30 de septiembre de 2017

Muffins de coco. Totales. (Coconut Cream Cheese Oat Muffins)

Esta receta no necesita introducción. Sólo ser devorada.

    Receta original de Bake or Break: pinchando aquí ♥︎ (Adoro esta página). La ilustración llevaba empezada desde agosto del año pasado y es la primera vez que pruebo a hacer una de estas sobre papel, en vez de sólo en ordenador. Lo más genial de todo es no poder borrar, ¡es divertidísimo! Y liberador. Deberíamos desterrar el Ctrl+Z.

    En fin, receta probada, re-probada, compartida y totalmente favorita. ¡Sale bien siempre! Si no tenéis muchas barrigas hambrientas u os pasa como a mi, que con uno de estos os habéis inflado, se pueden congelar perfectamente. Os dejo en la página de Facebook alguna foto de cómo quedan. El molde que he usado aquí es uno de muffins de Ikea y la cantidad llega justo para llenar todos los huecos.
 ... 

    Estoy rebelde, mis queridos. Meriendo tartas de chocolate insolentemente, ignoro la moda fitness, guarreo los dibujos, me como los huevos con sus yemas (odiosmío😱) y cocino con mantequilla...así no hay quien se integre. Qué se le va a hacer... espero que me perdonéis. Al fin y al cabo, son dos posts en menos de un mes. Eso es tan inusual como emocionante. Para mi por lo menos :)

   Disfrutad de cada mordisco. Como si no hubiera otro.


viernes, 22 de septiembre de 2017

Las magdalenas que Isa hizo

    Hace unos 6 años, en un verano-otoño, un día cualquiera, moví mis cacharros a una casa nueva. Ahora, ex-casa. Ex- casa tenía una una luz maravillosa, un señor salón, una cocina con horno y con suelo suficiente, y 3 habitantes aparentemente ordinarios. Era lo que viene a ser - un piso compartido. Allí vivían, pues, Soraya, Isabela y Daniel - como se dice oficialmente - en adelante, 'Sori', 'Isa' y 'Dani' 😁 Desde que llegó mi coche de cajas a África Street..ningún peinado volvió a ser el mismo..

    Estos dibujos llevan empezados desde aquel entonces. Así que, cualquier coincidencia con personas reales será realmente una coincidencia.
Isa, te he cortado el flequillo, para actualizar. El mío lo tendré que actualizar en la realidad.. porque el dibujo se queda así ^^ Lo demás, por supuesto, es clavado a como ocurrió.

Así pues..desayunamos magdalenas.

Y como esto, al fin y al cabo, no deja de ser una receta, aquí os la dejo más aplicadamente. Sin el modo ninja :)

Magdalenas
(del libro de Simone Ortega)

3 huevos
250gr. azúcar
300-350gr. harina fina
1/4 l. aceite fino
1/4 l. leche
4 paquetes de polvos de "Armisén" (2 blancos y 2 amarillos) - arriba, levadura, que es más cortito ^__^
la ralladura de un limón
un pellizco de sal
moldes de papel para magdalenas

1. En una ensaladera se ponen las 3 claras de huevo y el pellizco de sal. Se baten a punto de nieve muy firme.
2. Se añaden las yemas.
3. Después, se añaden poco a poco, y uno detrás de otro: el azúcar, el aceite, la leche, la ralladura del limón y el Armisén. Removiendo bien con una cuchara de madera, mientras se incorpora cada ingrediente.
4. Al final, se añade la harina.
5. Se llenan los moldes de papel hasta menos de la mitad de la altura del mismo.
6. Se meten a horno mediano-flojo y se sacan cuando están bien doraditas.

Se conservan bien varios días, si se guardan en una caja de metal.

...

Después de esto, tendré que contar cómo jugamos al baloncesto con huevos...


¡Felices magdalenas a todos! :)

domingo, 4 de junio de 2017

Palomitas

  Hace media hora aquí arriba llovía como si no hubiese mañana..y pensé, “voy a dibujar un post en directo..eso que se lleva tanto entre los blogueros de hoy.” A ver si me van a llamar Señora Bloguera por no actualizarme 😬

  La última vez que vine a limpiar el polvo ya os presenté mi nueva cocina y me temo que he de repetirme - y es que, con la lluvia es irremediable entrar corriendo allí, a escuchar y regocijarse (adoro esta palabra^^). La primera lluvia en esta casa fue un espectáculo de impresiones, en serio.

  Resulta que la ventana de la cocina, esa que ya dibujé más abajo, da a un patio interior..o mini-hueco entre paredes de vecinos, que, entre otras cosas interesantes, tiene un eco excelente y una acústica más excelente aún (y también desafortunada..según cómo se le dé a uno el falsete..). Imaginad como si cada sonido rebotara y volviera a entrar por la ventana, doblando su volumen.. El arquitecto debió pasárselo pipa. Imaginad la ventana abierta y una lluvia repentina, de esas de las gotas que caen como si alguien les diera cuerda..

  Pues desde la ventana de mi cocina, al caer esa lluvia..o cualquier otra lluvia, suena como si se hicieran palomitas. “Itas” por llamarlas por su nombre..porque suenan a palomitazas. Suena a que si abres la puerta de la cocina y te asomas, caerá sobre ti una montaña de palomitas gigantes, que crece con cada golpe de eco. Suena a maíz y a mantequilla. Y a pelis, claro. Hoy sonó como para dibujarlo de una vez. Aunque la onomatopeya de la palomita es un misterio aparte, os aseguro que su sonido en esta ventana es autentiquísimo.

  En fin, en mi casa llueven palomitas..¿que más puedo pedir?
😍
...¡Que lluevan pasteles!