Aviso al lector delicado: este post es un reto para barrigas.
Como bien sabéis, tengo cierta debilidad por los experimentos..y he vuelto a dejarme tentar por la curiosidad. Pero esta vez, digamos, por una causa saludable: poder comer alubias y no explotar en el intento :o) Y es que cayó en mis manos una cosa llamada "
Nutira Confort", que por lo visto tiene fama de combatir la mala uva de las legumbres..y demás cosas que uno se come sabiendo que luego le harán pupa.. unas pequeñas capsulitas con enzimas digestivas (qué majas ellas:), que espabilan todo el proceso… Como no sé resistirme, cajita para mí..y lo primero que vino a mi mente: las alubias de la Mamá! Omaigod..explosión a la vista. Pero si no arriesga uno, ¿¿dónde está la gracia?? Al lío. Ingredientes: los de días críticos. Receta: al estilo abuelas. Olla. Sartén. Es invierno y no hay nadie en casa, a tomar por saco! Alubias a la carga!
Sí, mis recetas favoritas se hacen así: sin medir, sin miedo, sin adornos, con poco y hasta con nada. Y si es posible, con una mamá sentada al lado, diciendo "eso es mucha agua". En esta os dejo improvisar (como apoyo a la iniciativa de los experimentos cura-pánico:) y prometo no refunfuñar cuando lancéis a escondidas un pequeño choricito vergonzoso..alguna patata..o unos ajos, así, disimulados.. Pero, si me permitís, yo me quedo en modo alubia-sentimental :)
¿Funcionó la habichuela mágica que traía esa cajita? Pues, a juzgar por los números (al medir mi propia circunferencia tras la dosis de alubias maternas) y por el grado de movilidad en las horas posteriores al experimento, yo diría que el hombre por fin ha dado con una habichuela exitosa! Pero como cada barriga tiene su carácter particular y sus inquietudes, por favor, si probáis a hacer este mismo experimento, no seáis osados y ese día evitad el pilates xD
Experimentad felices, mis queridos comilones, y mimad la pancita :*