La semana pasada estuvo de visita mi hermana pequeña y gracias a ella fue estrenada la cocina de mi nuevo piso. Por supuesto, tuve que cumplir algún deseo gastronómico. El resultado: una tortilla triunfal y un bizcocho-experimento de lo más chocolatero, que por suerte he apuntado para compartirlo con vosotros en alguno de los próximos posts :)
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Dibujín para mis amigas de Apetit'Oh |
En todo caso, tortilla hubo y de ella no quedó ni rastro. Y, mi hermana, como degustadora refinada que es, estuvo bien sonriente hasta el último trozo. Será que mal no estaría:)
Tanto mencionar la tortilla, al escribir me vino de pronto a la cabeza el recuerdo de lecturas olvidadas, o debería decir, el recuerdo de estar olvidando las lecturas. Esta va a ser una temporada de retomar más que los viejos libros de cocina. Y es que hay algo que me solía encantar: releer libros leídos y ver pelis vistas, parar a ratos el tiempo, rebobinar, revivir sensaciones o reinterpretarlas, buscar matices por disfrutarlos..eso que entre los desayunos a pie y los wish lists, muchos estamos a punto de olvidar. Maravillosa la variedad y la rapidez, y la inmediatez..y lo contrario, de vez en cuando, también.
:]