..y un yogur.
¡El Cartoon ha vuelto!
Han sido unos meses de lo más impredecibles. Han ocurrido cosas, casas y personas, y muchos días de trabajo; algunos dibujos y algunas hojas en la basura, cuatro maletas, varios cafés de madrugada y un verano que empieza ahora a ser soleado. Sí, también un blog, metido en el trastero, en su pequeña caja - que también estuvo de mudanza pero no está olvidado. Ni ha perdido el apetito, ni su entusiasmo, ni su optimismo:)
En este tiempo, sea por los cambios o porque tenía hasta la última cazuela precintada en una caja de cartón, he recordado las recetas más sencillas que me solían gustar y junto con ellas he recuperado lo que, entre experimentos y platos de presentación impecable, había empezado a dajar de lado: la funcionalidad. Y es que, la comida sirve para saciar el hambre. Y si el hambre os pone de mal humor como a mí, entonces la comida también funciona como botón del buen humor. He descubierto (¡ahora!) que cuanto más rápido está lista una receta, mi porcentaje de felicidad aumenta; que cuantos menos ingredientes incluye una comida rica, más gloriosa me sabe porque más increíble resulta..y que, cuando se unen los dos factores en un plato, me siento sinceramente orgullosa de lo que mis manos han creado:-) Y mi nariz se vuelve presumida.. Eso se sentía al mezclar agua, harina y azúcar en los tiempos en los que aún no llegaba a la encimera de la cocina. Es por esa sensación por lo que me gusta cocinar.
Los huevos son uno de los grandes y más funcionales ingredientes. Funcionan para subir el autoestima, para experimentar y para solucionar un estómago vacío en menos de 10 minutos. Y eso, sin meternos en connotaciones semánticas.
Esto me lo preparó una tarde de primavera el Pa para quitarme los malos humores y desde entonces es mi forma favorita de huevos (bueno, después de los huevos con harina con azúcar con leche..lo que se llama crêpes, vaya). Y lo recordé el otro día con el video de Puño que empezaba con una receta igual de pequeñita y que explicaba muy bien el por qué de hacer estas sencillas cosas como dibujar o cocinar, o el cómo somos los que estamos al otro extremo del lápiz, entre otras cosas. Pues eso, cuanto menos - más. Aquí va mi revuelto favorito. No seais escépticos, está como para dar besos a quien lo haya preparado:) (a mí:)
¡Os echaba de menos!
:*