He aquí el remedio al no-café. Té negro de bergamota: lo único que no me ponía triste por las mañanas, ante la ausencia de mi cafeístico amigo. Eso sí, en ayunas le puede dar a uno un vuelco al corazoncillo. Siempre, con desayuno, vale? ☝️Y, a ser posible, con bolis :)
Y luego ya, amantes de la cafetera, pensad si ese insomnio realmente es culpa del pobre café... o de nuestro cerebrito. Haced las paces, el café, vosotros, y los pensamientos que hacen bulla ahí dentro, y dejad el té para ceremonias especiales 😁
La vida con exceso de responsabilidad es demasiado sosa como para ser dibujada en este blog.
Os deseo un 2018 espectacular, cartoonitos.
Moved esos culitos, buscad inspiración, imaginad, sentid, dad amor y exigidlo, y reivindicad vuestros deseos; y sed traviesos un poco o mucho, o más. Pero sobre todo: reíd, reíd a carcajadas.
Un abrazo gigantesco, desde el otro lado del espacio virtual.
¡Muaaaaaaaacks!