¡Y aquí estamos de nuevo! Vuela el tiempo en verano, y cuanto más dulce, antes se nos quiere volar. Por aquí, por el Cartoon, ha sido un verano diferente y de lo más optimista y así se merecía una receta, con el mismo espíritu. Esta vez quería compartir con vosotros algo dulce que la mayoría no conoceréis, puesto que llega desde lejos. Esta receta suele representar un recuerdo inseparable de la infancia..al menos para los que se vuelven ligeramente sentimentales a ratos:), y dejan que un sencillo aroma a azúcar tostado les cierre los ojos y les lleve a un tiempo y un alrededor que sólo puede ser imaginado. Les hace sonreír entonces, a los recuerdos, y volver. Porque es sólo un instante de sensación. Igual que la música.
Los aromas de la cocina son todopoderosos, creo firmemente en eso. Y no porque lo diga la peli de Ratatouille:)Ahm, ahm. Dicho esto, amigos bloggeros, me pongo seria y os presento: las Kurabíiki. Desayunimerienda favorita mía.
Ingredientes:
5 huevos + 1
1 taza de azúcar (o taza y media, para más golosos)
1 taza de yogur
1 cucharadita (de té) de bicarbonato
3/4 taza de aceite de girasol
vainilla
ralladura de 1 limón pequeño
Tan simple como: 1. Batir los 5 huevos con el azúcar 2. Batir el yogur con el bicarbonato y añadirlo a los huevos, batir de nuevo 3. Añadir el aceite y la ralladura de limón, mezclar 4. Tamizar la harina5. Añadir una taza y mezclar bien, añadir otra, mezclar..hasta que ya no pueda removerse y sea necesario amasar
6. Volcar la masa sobre una superficie enharinada e ir amasando poco a poco y añadiendo más harina, con cuidado, hasta obtener una masa que no sea demasiado blanda.
En este caso, si queda una masa algo dura no pasa nada, por eso es una receta perfecta para aquellos que no se entiendan muy bien con masas:) Y si queda blanda, me imagino que simplemente costará más manejarla después
7. Una vez lista, dejarla reposar un rato (15 minutos son suficientes), cubierta con un paño.
8. Batir la yema del huevo restante (también se puede usar la clara en vez de la yema) en un bol. Y en otro, echar un poco de azúcar.
6. Volcar la masa sobre una superficie enharinada e ir amasando poco a poco y añadiendo más harina, con cuidado, hasta obtener una masa que no sea demasiado blanda.
En este caso, si queda una masa algo dura no pasa nada, por eso es una receta perfecta para aquellos que no se entiendan muy bien con masas:) Y si queda blanda, me imagino que simplemente costará más manejarla después
7. Una vez lista, dejarla reposar un rato (15 minutos son suficientes), cubierta con un paño.
8. Batir la yema del huevo restante (también se puede usar la clara en vez de la yema) en un bol. Y en otro, echar un poco de azúcar.
9. Pasado el rato de reposo, hacer bolitas a partir de la masa. De un tamaño aproximado de una pelota de tenis. Tal vez un pelín más pequeñas. O como si fuera el tamaño de una magdalena, por ejemplo. Qué difícil es describir un tamaño a veces, vaya.
10. Eso, una vez hechas las bolitas de masa, mojar la parte superior de cada una primero en la yema batida y después, en el azúcar. El azúcar se queda pegado a la yema y luego se queda tostadito, crujiente y muy muyyy rico. Y eso que no soy de los que mastican terrones de azúcar en su tiempo libre, no.
Si os apetece, podéis añadir al azúcar nueces molidas o picadas.
11. Ir colocando en una fuente engrasada y enharinada y hornear a 180ºC en torno a 1 hora. Tal vez menos. Hoy en día no sabe uno qué tiempo decir...con los hornos supersónicos.
Completado el paso 11, se abre un tenso paréntesis de espera...que os parecerá infinito, sobre todo cuando se empiece a percibir el olorcito dulce de la tentación..Será duro, os lo advierto.. pero creedme, merecerá la pena aguantar. Un consejo: al sacar las kurabíiki del horno, por mucho que os cueste, controlad las emociones...esperad 10 minutos, por favor, que esto es peor que una patata caliente:)
...
Bienvenidos a todos los que hayáis disfrutado de unas vacaciones más o menos lejanas. Y que disfrutéis, los que las comencéis ahora y los que las reservéis para otro día del año:) Os dejo aquí, con este post azucarado, un trocito de optimismo y de inspiración. El resto está en vuestra cocina:)
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